¿Cuestión de gustos?
Hace un par de días impartía una clase a un grupo de jóvenes jugadores. En determinada posición comenté que la jugada normal de las negras era mover uno de los alfiles para evitar que su rival lo cambiara por un caballo. “Lo normal aquí sería retirar el alfil”.
- “Excepto si soy yo el que juega” – se apresuró a decir uno de los chicos.- “que prefiero los caballos a los alfiles.”
La elección de que piezas debe uno mantener en el tablero no debe depender de los gustos del jugador.
- A mi en cambio – le respondí – me gustan los buenos alfiles y los buenos caballos y no me gustan los malos alfiles ni los malos caballos.
Decir que preferimos los caballos a los alfiles denota que la valoración de la posición no está por encima de ciertas fijaciones que en nada ayudan al desarrollo ajedrecístico.
Hay quien prefiere los caballos a los alfiles, desarrollar los alfiles por fiancheto en lugar de hacerlo de otra manera, jugar con damas que sin ellas en el tablero, tener avanzado el peón h un paso para que no nos claven un caballo en lugar de mantenerlo en su posición inicial, jugar con el rey en el centro en lugar de enrocar, o enrocar siempre largo en lugar de corto, o al revés…En fin podríamos añadir infinidad de manías o gustos extraños que puede tener cada jugador y con los que tropiezo a menudo en mis clases. Cualquiera de los ejemplos que acabo de mencionar puede ser bueno o malo dependiendo exclusivamente de la posición y no de quién mueva las piezas.
Las decisiones que tomamos durante la partida deben de realizarse siguiendo las conclusiones de un análisis objetivo. Mantener la objetividad durante la partida es uno de las cuestiones más complicadas con las que podemos toparnos.
El gran problema es que en ocasiones vemos la posición que jugamos como “mi posición” y esto nos hace perder la objetividad. Seguro que en el futuro dedicaremos algún artículo al problema de la pérdida de la objetividad. Mientras tanto recordad, en el ajedrez no tenemos que buscar las jugadas que nos gusten, sino las mejores jugadas.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo en que objetivamente uno debe aparcar sus prejuicios y jugar cada posición concreta según sus necesidades reales, pero lo de los gustos viene porque los jugadores se sienten más seguros en posiciones conocidas con temas que les son familiares.
Claro, por eso la apertura sí debe ser una elección basada en los gustos, donde el jugador busque el tipo de posición que conoce mejor o donde se maneja con más facilidad. Es en la apertura donde elegir una jugada u otra puede ser una cuestión de gustos. Pero en el medio juego o el final sólo hay que encontrar la mejor.
Publicar un comentario