En muchas ocasiones recibo correos de aficionados que me piden consejo acerca de cómo progresar en ajedrez. Existe mucha gente con verdadero interés por progresar y entender mejor la lucha que se produce en las 64 casillas, pero muchos se hallan desorientados sobre cómo proceder para conseguir su meta. Espero que este artículo y los consejos que ofrezco pongan un poco de luz en este sentido.
1. Jugar con frecuencia.
La práctica es uno de los pilares del progreso en ajedrez. Parece obvio pero, sin embargo, me he encontrado con algunos alumnos que dedicaban una o dos horas a la semana a clases de ajedrez y apenas jugaban ninguna partida. Antiguamente podía existir alguna excusa para ello (localidades donde no existía club de ajedrez, lugares donde no se realizaban campeonatos) pero hoy en día, con Internet, resulta sencillo jugar al ajedrez en cualquier momento del día. PlayChess, ICC, Buho21 o chessok son algunas de las plataformas destinadas a jugar que podéis emplear para practicar un poco.
Es importante saber que los ritmos de juego más lentos son los más adecuados para la práctica en el caso de que queramos que esas partidas resulten útiles para el progreso. Jugar partidas a 1 minuto por Internet no aporta demasiado al jugador. Recomiendo jugar partidas a ritmos de juego a partir de 10 minutos por jugador.
Por supuesto, competir en torneos presenciales es otra prioridad. La intensidad con la que se juegan esas partidas suele ser diferente a la que ponemos cuando estamos en casa frente al ordenador. Aunque no sea obligatorio, recomiendo anotar las partidas rápidas que se juegan en los torneos, por lo menos hasta que nos quede poco tiempo en el reloj (por ejemplo 5 minutos), para poder revisarlas más tarde.
2. Analizar las partidas que se juegan.
Evidentemente, si recomendaba en el punto anterior anotar las partidas que se juegan, es porque es importante trabajar en ellas más tarde. Botvinnik, fundador de la Escuela Soviética de ajedrez, insistía en ello. Pero para que esa tarea resulte útil no se puede realizar de cualquier manera. De hecho, el análisis de las partidas jugadas se ha visto bastante desvirtuado en los últimos tiempos, con la aparición de los módulos de análisis. No quiero decir con esto que no sean beneficiosos: bien usados los programas informáticos y módulos resultan muy beneficiosos para preparar aperturas o revisar posiciones. Lo que no se debe hacer (y se hace con muchísima frecuencia) es comprobar los errores cometidos (con Fritz, Rybka, Houdini o cualquier otro programa) al terminar nuestra partida, sin antes haber trabajado en ella.
El primero de los análisis que debemos realizar de una partida jugada en un torneo, es con nuestro rival (siempre que éste se preste a ello), justo al terminar dicha partida. Las ideas están frescas y podemos sacar algunas conclusiones importantes al escuchar o discutir las ideas o intenciones de nuestro rival.
El segundo análisis que debemos realizar es en solitario, frente al tablero, sin ayuda informática. En esta tarea podemos ir anotando variantes o ideas que se nos vayan ocurriendo.
Solamente una vez que hemos realizado la anterior tarea podemos ayudarnos del ordenador, comprobando la teoría de aperturas en nuestra base de datos (también en libros, por supuesto) y comprobando las sugerencias de los módulos de análisis.
De todo este trabajo debemos ser capaces de sacar conclusiones: en qué fase de la partida cometemos más errores (existen jugadores, por ejemplo, muy fuertes en la apertura o en el medio juego, pero bastante débiles en los finales. Ser conscientes de la fase de la partida en que cometemos más errores nos da una idea del terreno en el que debemos insistir más en nuestro estudio), qué tipo de errores cometemos con más frecuencia: pueden ser tácticos (de cálculo de variantes o por desconocimiento de figuras de mate o combinaciones) o estratégicos (errores de concepto por no entender la posición y no saber hallar el plan correcto). Una tarea importante es la de buscar ciertos patrones en nuestros errores (exceso de jugadas profilácticas, problemas de coordinación de las piezas, tendencia a debilitar la posición del rey, etc). En este último punto resulta especialmente útil la ayuda de un jugador más fuerte (a ser posible con experiencia en la enseñanza) que nos pueda revelar la esencia de nuestros errores.
3. Ver partidas magistrales.
Estar en permanente contacto con el ajedrez ayuda a mantener un buen nivel de forma. Para ello, seguir las partidas de los torneos de élite que se celebran es una buena tarea. Resulta emocionante ver en directo, jugada a jugada, las partidas que enfrentan a los mejores jugadores del mundo. Incluso en algunas plataformas como PlayChess o ICC se pueden escuchar los comentarios que aportan fuertes maestros. Si no es posible seguirlas en directo, por problemas de tiempo, siempre podremos descargarlas en nuestro ordenador una vez que finalizan. Así aprenderemos detalles importantes de esas partidas.
Si aprendemos las
opciones básicas del programa ChessBase podremos trabajar con esas partidas y de ese modo:
a) comprobar la teoría de aperturas de las partidas que más nos interesen; b) buscar partidas en las que se llegue a la misma estructura de peones y, de ese modo, familiarizarnos con los planes típicos de esas posiciones; c) aprender combinaciones típicas y remates tácticos frecuentes contra enroques débiles o posiciones en las que el rey enemigo se halla en el centro; d) ampliar nuestro conocimiento y arsenal de finales.
4. Conseguir buen material didáctico.
Muchos jugadores se encuentran bastante perdidos a la hora de conseguir buen material para el progreso. A la hora de comprar un libro de ajedrez es una buena idea tener alguna orientación acerca del autor y el contenido de la publicación. Y no basta con saber que el libro es bueno, sino que debemos de estar seguro que la obra está destinada al nivel que nosotros queremos.
En este sentido es bueno dejarse aconsejar por compañeros de club, monitores o tiendas de nuestra confianza. En este blog ya hemos recomendado
algunas publicaciones y seguiremos haciéndolo en el futuro.
También en Internet se puede conseguir material para nuestro progreso. De hecho esa es la idea de este blog. Ya recomendé algunos blogs y webs en un
artículo anterior, y espero escribir una segunda parte del mismo para recomendar nuevos sitios con contenidos didácticos de calidad. Además en
YouTube se pueden encontrar tutoriales o ver partidas magistrales.
Revistas como Jaque o Peón de Rey también contienen muchos artículos de interés, partidas comentadas, ejercicios, etc.
5. Recibir clases de ajedrez.
No todo el mundo puede permitirse el lujo de recibir clases particulares de un profesional, pero siempre es importante estar informado de los posibles cursos que se imparten en los diferentes clubes de ajedrez y federaciones que existen en nuestro lugar de residencia.
Un buen entrenador no es necesariamente el que mejor juega al ajedrez, aunque resulta casi imprescindible que sepa más que nosotros y que cuente con alguna experiencia. Debe ser un buen pedagogo, capaz de transmitirnos los conocimientos de la mejor manera, localizar nuestros defectos y lagunas, saber potenciar nuestras cualidades y, sobre todo, implicarse y saber orientar al alumno en todos los puntos anteriores.
Pero por supuesto, por encima de todos los puntos anteriores, para progresar es imprescindible sentir la verdadera pasión por el juego del ajedrez. Con ilusión, interés y dedicación tenemos ganada gran parte de la batalla.
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