Cosas que no se deberían hacer durante una partida de ajedrez y sin embargo muchos jugadores hacen
No es ningún secreto que el ajedrez es un juego que precisa
de un alto grado de concentración mientras se practica. Muchas veces esa
concentración se puede ver alterada por motivos externos que nos incomodan
durante la partida: ruido en la sala de juego, tableros o piezas descoloridos y
viejos, mesas y sillas en mal estado, falta de iluminación en la sala, etc. Se
pueden citar muchos y en ciertas ocasiones dependerá de nuestro carácter el que
esas condiciones afecten o no a nuestro juego.
Pero además de esas cuestiones organizativas existen muchas
cosas relacionadas con el comportamiento de nuestro rival que pueden llegar a
afectarnos. Comencé hace casi 3 semanas un debate sobre este tema en la página
de Facebook de Diario de un entrenador. El resultado es muy revelador: ¡hay
tantas cosas que nos pueden molestar durante una partida! Pero nos vamos a
centrar en aquellas que se refieren a la actitud de nuestro adversario.
Desde el mismo comienzo una partida de ajedrez hay algunas
cuestiones que podemos comentar. En primer lugar la puntualidad. La FIDE creó
hace relativamente poco tiempo una regla que instaba a los jugadores a ser
puntuales, con el riesgo de perder la partida en caso contrario. Los
organizadores pueden establecer la tardanza permisible para su propio torneo,
aunque en las pruebas oficiales que organiza la FIDE existe una tolerancia 0 al
respecto, es decir, o estás en tu sitio al comienzo de la partida, o se te
considerará “no presentado”. Esta regla ha resultado bastante controvertida.
Estrechar la mano antes de la partida es una actitud
deportiva que se realiza en nuestro juego y en muchos deportes. En el debate
que mencionaba al principio hubo quien comentó esa costumbre de ofrecer la
punta de los dedos y retirarlos rápidamente. Yo personalmente prefiero eso a
que te rompan la mano con un apretón propio de Robocop. La acción de estrechar
la mano ha sido estudiada en psicología. Por la red circulan diferentes artículos
sobre el tema. Podéis pinchar aquí
o aquí
si estáis interesados en el tema o teclear en Google “maneras de dar la mano” o
alguna búsqueda similar.
También han surgido polémicas porque uno de los
contrincantes se negaba a estrechar la mano de su rival al inicio de la
contienda. El caso Short-Cheparinov tuvo una enorme trascendencia. Cheparinov
se negó a estrechar la mano de Short antes del inicio de la partida, en el
Torneo de Wijk aan Zee del 2008. Los árbitros le dieron la partida por perdida
a Cheparinov, aunque finalmente el Comité de Apelación decidió que se repitiera
la partida, siempre que Cheparinov aceptara dar la mano a su rival. Podéis leer
el relato de los acontecimientos en el reportaje que publicó ChessBase.
Son muchas las actitudes de nuestro rival que pueden llegar
a incomodarnos o molestarnos durante la partida. El sentido común y la educación
deben guiarnos hacia el comportamiento correcto. Comerse un bocadillo sentado
frente al tablero, al mismo tiempo que se juega, no parece muy apropiado, pero
la manera de afrontar una situación así no debe ser la misma si lo hace un niño
de 7 años o un experimentado gran maestro.
Algunos jugadores no reparan (o parecen no reparar) en lo
molestos que pueden resultar algunos ruidos, como la envoltura de un chicle o
caramelo al manipularse, las sillas que son arrastradas o el incesante taconeo
que algunos jugadores realizan mientras piensan. Por cierto que con algunas de
estas cosas no sólo se molesta a tu rival, sino a otros jugadores que estén
cerca. De hecho en algunas ocasiones puede molestarte más el jugador que tienes
al lado, que tu propio oponente. Por ejemplo, hay jugadores que apoyan ampliamente
sus brazos en la mesa, invadiendo el espacio de los jugadores que están en la
partida de al lado. En más de una ocasión he tenido que pedirle al jugador de
al lado que retire su brazo para poder anotar la jugada en mi planilla, que
permanece aprisionada por su codo.
La manera de mover las piezas es otra de las cuestiones que
han aparecido en el debate de Facebook. Como mencionaba alguien, no parece muy
apropiada esa costumbre de “atornillar” fuertemente la pieza en su casilla de
destino, algo que algunos hacen cuando piensan que hacen una gran jugada. Otros
se levantan inmediatamente cuando realizan una jugada ganadora, algo que no a
todo el mundo le gusta. Arrastrar lentamente la pieza que se mueve o golpearla sobre el tablero con ímpetu es igualmente criticable.
5 comentarios:
Yo siempre recuerdo el caso de un jugador que en todas las partidas a rápidas se pasaba el rato "componiendo" sus piezas, incluso durante el turno del adversario, llegó un momento en que si habíamos acabado la partida nos dedicábamos a contar las veces que lo decía.
Un auténtico pesado.
Precisamente sobre esa costumbre hablaré en la continuación a este artículo, Adolfo. Hay una anécdota de un conocido gran maestro que estoy tentado de contar...
Creo firmemente que el ajedrez es una lucha de intelectos en un tablero y que hay que evitar a toda costa importunar al rival con cualquer circunstancia externa al juego. Es mi opinión, y se que no es tan extensamente compartida por la comunidad ajedrecística como yo quisiera.
Yo soy un arrastra-piezas. Llevo años intentando evitarlo pero cuando llegan las posiciones de máxima tensión vuelve a aparecer este gesto. No había pensado que podía molestar al rival. Un motivo más para intentar librarme de este deje que denota mi estado de ansiedad y nervios.
Un saludo.
Yo creo que el ajedrez también pone a prueba al jugador en serenidad, y en mantener a raya la irritabilidad que te pueda suscitar el rival, como tantas otras situaciones en el día a día. Quizá sea uno de los secretos de los grandes jugadores: separación del entorno y autocontrol.
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