Ajedrez y lenguaje
El lenguaje es el medio de expresión del pensamiento. Cada país tiene su propio lenguaje, pero cada uno de ellos tiene sus propios matices. Unos idiomas son más ricos que otros, esto no es un secreto. Algunos nos permiten expresar algunos conceptos con mayor precisión o con mayor rapidez.
En ajedrez tenemos nuestro propio lenguaje. No se trata de un
simple argot específico, como pueden tener otras actividades, sino una
expresión exacta de lo que ocurre en el tablero. Algo parecido al lenguaje
matemático. Su exactitud, su rotundidad,
nos debe invitar a manejarlo con perfección. Por supuesto esto debe tratar de
conseguirse desde los primeros pasos en el aprendizaje del juego.
En mis primeros años aprendiendo
y practicando el ajedrez, el sistema descriptivo era el habitual en libros y
revistas. Todo el mundo usaba la fórmula P4R en lugar de expresarse con e4. Más
tarde el algebraico tomó importancia, hasta convertirse en el sistema de
anotación oficial en ajedrez. Pero no nos equivoquemos: el algebraico (igual que el descriptivo) es algo más que un sistema de
anotación. Es un auténtico lenguaje, es decir, un medio de expresión, de la
misma manera que un idioma no es solamente un
sistema de escritura.
En psicología se ha trabajado y
profundizado enormemente en la estrecha
relación entre el lenguaje y el pensamiento. No solamente se ha estudiado
la influencia del lenguaje en nuestras emociones y en la toma de decisiones,
sino que se ha demostrado que un manejo amplio
y correcto del lenguaje puede ayudarnos a aprender, es decir, no solamente
podremos expresarnos mejor, sino que podremos entender y recordar con mayor
exactitud. Supongo que ya se esboza el camino en el que me quiero adentrar.
He comprobado en mis sesiones de
entrenamiento como muchos de mis alumnos, a la hora de expresar las variantes
que calculan usan un lenguaje poco técnico. En muchas ocasiones les pido que calculen en voz alta, no
solamente para poder acercarme a sus razonamientos y procesos mentales, sino
porque me interesa su manera de expresarlos. Resulta curioso ver como
incluso jugadores con cierto nivel y bastante experiencia recurren al
algebraico con poca habilidad. Algunos ni siquiera lo usan y me comentan las
variantes con expresiones del tipo “Avanzo con el peón, él mueve hacia atrás su
rey, le doy jaque con el alfil y entonces él se cubre con el caballo…”. Algo
que se expresa con más rapidez y exactitud mediante la variante en algebraico,
por ejemplo: “22.e6 Re8 23.Ab5+ Cd7”. Otros mezclan algebraico, descriptivo y
palabras sueltas en variantes expresadas de la siguiente manera: “e6, R1R,
alfil jaque, mueve el caballo…” Por
supuesto les insisto para que usen el “lenguaje ajedrecístico”, con la
seguridad de que eso les ayudará a calcular mejor.
Los ajedrecistas con mayor
dominio del algebraico son los que suelen participar en torneos en los que es
obligatorio anotar la partida (ritmos lentos de competición). También los que
acostumbran a reproducir partidas de libros o revistas en su propio tablero. Hoy en día estamos demasiado acostumbrados
a reproducir partidas con programas de ordenador o visores de partidas on-line
y hay jugadores que sólo las reproducen de ese modo, lo que supone que no estén
bastante familiarizados con el sistema algebraico. La cuestión en la que
quiero insistir es que el algebraico no es sólo un sistema de anotación. Para
un principiante la casilla g6 no significa nada especial, solamente son unas
coordenadas que nos llevan a una casilla. Sin embargo para un jugador experto
la casilla g6 es algo más. Es el lugar donde avanza un peón negro para poder
realizar un fianchetto, es el lugar al que se retira un alfil cuando es
expulsado de h5, es el lugar donde las negras sitúan una torre que han pasado a
través de la sexta fila para atacar el enroque enemigo…Cada casilla tiene su nombre, cada jugada su expresión correspondiente,
pero todas ellas deben tener su identidad propia, tal vez diferente para
cada jugador, dependiendo de su nivel y su experiencia, pero única en cualquier
caso. Seguro que la palabra ritmo no tiene el mismo sentido para un músico,
para un deportista o para un actor. Tal vez la percepción del ritmo sea
diferente para un músico de Jazz que para uno de música clásica. Pero para cada
uno de ellos el concepto de ritmo es fundamental en su aprendizaje y su
expresión.
Familiarizar al alumno con el algebraico desde sus comienzos significa
ayudarle a que tome una comprensión amplia del elemento en el que se desarrolla
la partida: el tablero. Por supuesto deberá adquirir una adecuada visión
global del mismo, pero también una visión pormenorizada, sabiendo identificar
zonas aisladas del mismo. La casilla es
la más pequeña de estas zonas aisladas, pero el jugador necesita tener otras
referencias, como filas, columnas, diagonales, centro, flanco de rey, flanco de
dama, etc.
Como mencionaba anteriormente una de las ventajas que nos ofrece un buen
manejo del algebraico es la ayuda que nos ofrece en el cálculo. En realidad
no necesitamos realizar una expresión verbal de las jugadas cuando calculamos. En
muchos casos las jugadas avanzan en nuestra mente, como ideas, sin su expresión
lingüística, por lo menos a un nivel consciente. Pero he comprobado con mi
propia experiencia y con diferentes ejercicios con mis alumnos que resulta conveniente repasar las variantes
más complicadas de manera verbal, mediante el sistema algebraico (nada de
“peón arriba y luego salto con el caballo amenazando al alfil que está en la
esquina”). El hecho de ir nombrando las
jugadas mentalmente nos ayuda a no perdernos en ciertos momentos del cálculo.
Por ejemplo, supongamos que estoy calculando una variante en un final en el que
cada rey avanza hasta un punto en concreto. La variante es larga y en un
momento dado me pierdo y ya no recuerdo donde estaba mi rey en la última jugada.
Si la verbalización de las jugadas ha sido: “…su rey avanza, el mío también, el
suyo vuelve a avanzar, el mío también…” en el momento en el que me pierdo en la
variante y me pregunto “¿dónde estaba mi rey tras mi última jugada?” no
encuentro una referencia verbal cercana en mi pensamiento que me responda a
esta pregunta (de poco me sirve “mi rey avanza”). Sin embargo, si he repasado la variante usando el
algebraico para expresarme (mentalmente) y la variante en cuestión ha sido
“…1.Re2 Rc7 2.Re3, Rc6…” dispongo de una
referencia verbal reciente a la recurrir en caso de duda y que, incluso si no
surge ninguna duda, me ayudará a seguir avanzando correctamente en el proceso
de cálculo de variantes.
Otro detalle, bastante
importante, por cierto: un manejo fluido
del sistema algebraico nos permite anotar con rapidez durante las
competiciones, con el consiguiente ahorro de tiempo. A veces me desespera
observar a jugadores con poco tiempo en el reloj buscando las coordenadas de
cada casilla antes de anotar sus jugadas en la planilla.
Como conclusión expongo algunos consejos que pueden ayudar a monitores y
entrenadores:
-
Proponer a los
alumnos que se inicien en el ajedrez diferentes ejercicios que les ayuden a
manejarse con total soltura en el sistema algebraico. Debe llegar el
momento en el que los jugadores puedan anotar las jugadas con fluidez sin
recurrir a las coordenadas del tablero.
-
Pedir a los
alumnos que expresen en voz alta las variantes que han calculado, sin que
recurran a expresiones verbales que no sean exclusivamente las del sistema
algebraico (a quien no haya propuesto nunca esto a sus alumnos le
sorprenderá el trabajo que cuesta que lo consigan)
-
Reproducir con
frecuencia partidas de un libro o revista en un tablero físico.
-
Enseñar el
vocabulario técnico específico del ajedrez de manera que se aprenda con
claridad el concepto que hay detrás de cada expresión ajedrecística (me
sorprende, por ejemplo, que muchos jugadores fuertes no sepan distinguir con
exactitud la diferencia entre el concepto de “enfilada” y el concepto de “rayos
X”.)
4 comentarios:
Verdades como puños, que por desgracia, pasan inadvertidas para muchos monitores, me incluyo y jugaodres.
Sigue así y pronto todos tus seguidores seremos maestros!
Hola Luis, es cierto que el lenguaje modifica el pensamiento, pero tambien es cierto que para eso ocurra es necesario el lenguaje se haga de lo social a lo individual (L, Vigotsky) en terminos de enseñanza quiere decir que para modificar el pensamiento primero el lenguaje debe ser el que utiliza el niño.entorno. social y luego hacerlo progresivamente individual, lo que quiero decir que la utilización del lenguaje propio del ajedrez debe ser progresivo, porque si no se producirá un abandono o falta de aprendizaje,
un saludo
Juan Zapata
Muchas gracias por tu comentario Miguel, y por tu aporte Juan.
Sobre lo que comentas, Juan, estoy muy interesado en profundizar sobre el tema. De hecho estoy leyendo un poco acerca de pensamiento y lenguaje, un tema muy tratado por la psicología y la filosofía. Cualquier aporte más que puedas hacer, como especialista del tema que eres, será bien recibido.
Un abrazo.
Para mi, el nombre de las casillas forma parte de la primera lección con principiantes. Son las direcciones (calles y números) de la ciudad donde se juega la partida de ajedrez.
Aparte de coincidir con tus argumentos, añado que hace que la dinámica de las clases mejore si desde enanos usan los nombres de las casillas para sugerir jugadas, en vez de levantarse a mover.
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