Existen dos partidas conocidas como "La Inmortal" y "La Siempreviva" que forman parte de la historia de las 64 casillas como verdaderas obras de arte. En otros tiempos los jugadores de ajedrez estaban más pendientes de conseguir hermosas producciones que de hacerse con la victoria. Claro que las cosas han cambiado desde "el ajedrez romántico" que se practicaba en el siglo XIX. La visión del ajedrez es ahora mucho más práctica: da igual si una jugada es hermosa o no, si una combinación es brillante, si una figura de mate es espectacular. Lo importante es ganar, es encontrar el mejor camino hacia la victoria, por lo menos para el jugador. Otra cosa es que el aficionado disfrute de lo lindo al encontrarse con una partida llena de momentos vibrantes.

Por eso nos podemos sorprender cuando encontramos partidas como la que os muestro a continuación, jugada hace unos días, y plagada de bonitos sacrificios y originales ideas de ataque. Mi amigo José M. Cabrera me ha llamado la atención sobre ella y reconozco que es una verdadera joya. ¡Disfrutadla!

Podéis ver la partida en el visor.

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